Diario 5ª etapa

                       Lunes 05/07/04



            He dormido muy bien a pesar de las dichosas campanadas y de los hermosos ronquidos de mi vecino de litera inferior. En el albergue éramos, al menos, 12 personas, aunque en bici solo una chica y yo. Al ser la mayoría andarines, , los despertadores empezaron a sonar sobre las 5 de la mañana (normalmente estan andando sobre las 6 de la mañana)). Yo me volví a dormir hasta las 7, en que me levanté, recogí y sobre las 7, 40 h. iba saliendo.
            Al principio por pista que asciende suavemente y despues el camino discurre por por las cumbres de una sierra,desde la que se observan bonitas vistas de los río Tajo y Almonte y del embalse de Alcántara, al mismo tiempo que observamos restos de la antigua calzada romana. En este tramo abundan los rebaños de ovejas, por lo que hay que tener cuidado con los perros.
             Tras desembocar en la general, y cruzr los ríos, se llega a una dura subida, pero son solo unos 200 metros, ya que después suaviza, aunque al ser un terreno muy pedregoso, la velocidad media es muy corta; además, me encuentro con varios rebaños de vacas en medio del camino, y a decir verdad, paso un poquitín de miedo.
            Al llegar a un cruce con un indicador de madera, decido girar a la izquierda para visitar el pueblo de Cañaveral, y tras una bajada bastante técnica debido a las alforjas, voy a parar el puente de San Banito, de época medieval, y vuelta a subir para llegar al pueblo, donde me paro a tomar "algo" ( 3 zumos de piña, y un gran trozo de tortilla). Al llegar al bar observo una bici con alforjas en la puerta, y allí está la chica con la que coincidí en el albergue. Ha llegado unos minutos antes que yo, a pesar que yo salí antes, pero es que ella hace el camino por carretera.
            Salgo del pueblo y decido continuar por caminos, y nada mas salir ¡la subida del cortafuegos!, horrible, no podía subir andando; tenía que parar cada tres o cuatro pasos, y frenando la bici para que no se me fuera para atrás. Llegué arriba ¡por fin! y tras desembocar en una carretera llego al hotel que hay que rodear y pudiendo continuar por carretera, yo, que soy muy "chulo", decido continuar por camino (maldita sea mi sombra) y cojo un camino (falso, no hay camino) y termino campo a través, me pierdo, y tras dejar la bici en el suelo, y patearme los alrededores, vuelvo a dar con la senda (gracias a la alambrada que el camino lleva en este tramo a la izquierda). No sería mala idea señalizar un poco mejor este tramo, ya que hay abundancia de árboles donde pintar las maravillosas flechas amarillas.
            Dado que me he perdido incluso antes de llegar al famoso agujero negro de "Cuatro términos", decido saltarme este trozo y hacerlo por la carretera, y para ello intento localizar la senda que indica la guía de Sevilla y que, según ella, en 500 metros me conduciría hasta Grimaldo, para desde allí, y por la nacional, sobrepasar el embalse y girar a la izquierda por la carretera a Riolobos para retomar el camino. Pero los planes no salen siempre como uno los hace. No consigo dar con la senda que me llevaría hasta Grimaldo, por lo que continuo y cuando llego a la carretera de Grimaldo a Holguera, giro a la derecha y por carretera llego a la nacional; a la derecha marca Grimaldo, por lo que me dirijo hacia allí. Mal hecho, ya que tras retroceder un par de km cuesta arriba me encuentro, a las 2 de la tarde, en un pueblo donde no hay ni un bar, solo una máquina de refrescos de donde saco un par de acuarius y una botella de agua fría. Vuelvo sobre mis pasos y por la nacional (que discurre paralela a la autovía) continuo, buscando un lugar donde comer y descansar. Doy con una venta junto a una gasolinera y decido comer en ella (gazpacho, espaguettis, flan y café) al tiempo que me harto de reir, ya que el camarero es un "mariquita" gracioso que con todo el mundo se mete. Al pagarle me pregunta si voy a Santiago y me regala una botella de agua fresquita con la que relleno la mochila. Descanso un poco más y decido continuar ya que no me apetece estar sentado en una silla una hora o dos. Me embadurno de protector solar (hace un calor de miedo) y sobre las tres y media, vuelvo de nuevo a la carretera y tras abandonar la nacional y tomar la carretera a Riolobos, veo el desvío a la derecha por el que retomo la ruta, bastante duro y en subida por un terreno pelado , pedregoso y feo. Tras coronar, empiezo el descenso, y a pesar de que el camino está muy bien marcado, como voy rápido y con la tontura del calor, en un cruce en Y giro a la izquierda, a pesar de la presencia de una portela con dos flechas y un cubo de granito de la Junta. Al cabo de un rato llego a una portela cerrada con alambres y mi primera inteción es echar mano de los alicates, pero pienso que no tiene sentido, ya que ese no puede ser el camino, ya que no está marcado. Vuelta atrás ahora en subida, hasta dar con la dichosa portela (3 km a la basura y con este calor) y retomo el camino.
            Al llegar a un cruce, observo que los cubos de granito marcan de frente, sin embargo las flechas amarillas marcan dos opciones: de frente (sin pasar por Galisteo) y a la izquierda por Galisteo. Como de costumbre elijo la opción más dura; desciendo y de pronto un subida brutal, casi tanto como la del cortafuegos. Arrastrando la bici llego arriba, y tras cruzar la nacional, entro en el pueblo por una "hermosa" cuesta. Dada la hora que es, (sobre las cuatro de la tarde) está todo cerrado y tras subir y bajar la cuesta varias veces (no por gusto) y visitar el centro del pueblo y sus murallas, entro en el bar "Los emigrantes", donde me refresco un poco y descanso y pregunto por el camino. Me indican que por la cuesta que he bajado y de frente. Otra vez cuesta arriba y por carretera (no hay otro camino) y tras 11 km llego a Carcaboso.
            Tras preguntar por el albergue, me mandan a la salida del pueblo, a una casa medio en rruinas, vuelvo a preguntar y me voy al restaurante las golondrinas, donde me informan de que ofrecen el polideportivo como refugio.
Me llego allí y me encuentro con la chica en bici con la que había coincidido en el albergue de Casar y en Cañaveral. Decidimos que no queremos dormir en el suelo, así que, tras informarnos, nos vamos al bar "La ruta de la Plata", donde nos han dicho que ofrecen habitaciones. Llegamos y preguntamos por la Sra. Elena, que nos cuenta su vida, poco más o menos. Después de media hora de charla, y tras decirle que aún no me he duchado ni descansado, nos centramos en el tema y su hija, nos lleva a una casa de varias habitaciones y nos da una a la chica y otra a mi. Además la casa está completamente amueblada, con cocina por si deseamos hacernos la cena. Mi habitación tiene el baño dentro, me ducho, hago la colada diária y me voy a la calle, a llevar la bici a una cochera que, ya guarda la de Mónica (la chica ciclista). Tras un paseo, compro fruta y veo unas bolsas de basura grandes y las compro con la idea de envolver en ellas el saco de dormir y la esterilla, ya que se ensucian mucho de polvo. Cena en las Golondrinas ya que en el bar de la Sra. Elena no las ofrecen y a la cama.
            Por cierto, la cama con sábanas limpias, toallas en el cuarto de baño, frigorífico, etc. por 8 euros. Mi agradecimiento a la Sra. Elena y a sus hijos.

                                                    
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